domingo, 25 de noviembre de 2012

Canción triste por el Hotel Maspalomas Oasis

Anuncio del Hotel Maspalomas Oasis
"Hemos de tener en cuenta también la formidable playa de Maspalomas... que las generaciones que nos sucedan lleven a cabo proyectos que aconsejen las realidades del momento. No concibamos las cosas en pequeño, sino en grande, con la vista en el porvenir"
(Néstor Martín Fernández de la Torre, 1887-1938)

Antes de que me olvide, quisiera aclarar que en los objetivos de la celebración del 50 aniversario de Maspalomas Costa Canaria -en todo momento- hemos indicado que se trata de reconocer un hito histórico pero no para contemplar melancólica o repulsivamente (que de todo hay) el pasado, sino para repensar y recrear las bases de un futuro del que depende gran parte de la economía insular. Obviamente, en esos cálculos no entraba valorar procedimientos administrativos iniciados hace años como es el derribo y construcción de un nuevo hotel en la parcela que ocupa actualmente el Maspalomas Oasis, sobre todo porque a las numerosas incertidumbres y arbitrariedades administrativas existentes para cualquier iniciativa empresarial, la industria turística sucumbiría a la imprevisible reacción de determinadas personalidades cuando se trata de algún edificio con algún valor sentimental (¿cuál no lo tiene...?), sin tener en cuenta las normas que han de regir el conjunto de las iniciativas y acciones que empresas privadas y administración pública deben acometer con garantías para salvaguardar el futuro del principal destino turístico de Canarias. O sea, el pan de cada día.

En cuanto al Maspalomas Oasis, quisiera comentar que -en primer lugar- opino que ni éste ni los edificios de su alrededor debieron construirse ocupando el palmeral y la salida al mar del cauce del barranco de las Tirajanas. El delta natural que existía en el lugar era una joya única en el mundo y fue sometida a un proceso de embudo que supuso la destrucción del ecosistema y facilita que las riadas de las lluvias desagüen por un reducido espacio cuyas consecuencias se están viendo con la progresiva degradación de un espacio natural protegido pero no suficientemente mimado por quienes pueden y deben financiar el mantenimiento de este icono turístico y (semi)natural de Gran Canaria.

Otra cuestión que me llama la atención es la defensa tan unánime de este edificio y el silencio tan sonoro de numerosas personas y entidades cuando desaparecieron los verdaderos iconos arquitectónicos (los primeros edificios) de Maspalomas Costa Canaria, como fue La Rotonda o el poblado y ermita de San Fernando. Menos mal que el faro tenía una utilidad y se salvó de intereses o arbitrariedades, aunque aprovecho para señalar que considero un error gravísimo el uso que se le va a dar y la decisión del responsable municipal que se desentendió del edificio para traspasarlo al Cabildo perdiendo una oportunidad única de conservar un espacio central en el punto neurálgico del turismo en Gran Canaria. También es triste el silencio cómplice para con la recuperación de la exigua zona de palmeral que se conserva y que intentó poner al día para la salud de su ecosistema y disfrute de los ciudadanos el desaparecido Tony Gallardo... Y no sigo por este hilo argumental porque la lista de agravios no tiene fin.

Volviendo al Maspalomas oasis, igualmente, los arquitectos y profesionales que colaboraron o han estudiado el edificio que se va a derribar, opinan que reúne valores técnicos, históricos y singulares que le hacen merecedor de su preservación. Yo, francamente, considero que es un edificio viejo, inaccesible para personas con problemas de movilidad y con otros muchos problemas. Pero, además, a mí no me dice nada, al ser un elemento introducido en un espacio con el que se produjo desde su construcción un diálogo imposible, una usurpación. Asimismo, es un edificio que se ha convertido con el paso de los años en una burla kitsch de lo que fue -sobre todo en su interior- con una decoración tecnobarroca (me acabo de inventar la palabreja para intentar definir lo indefinible) que se desprendió de varias de las obras de arte de los creadores más reconocidos (y rentables) de nuestras Islas, como son mi tío Manolo o Martín Chirino, que formaban parte de la identidad del edificio gracias a la visión de Manuel de la Peña de convertir los equipamientos turísticos en un escaparate también del arte.

Permítanme que recuerde una reunión en octubre del año 2011 cuando acudí en compañía del alcalde y el concejal de Turismo, Marco Aurelio Pérez y Ramón Suárez, junto a la funcionaria Clara León en la que le planteamos al conde de la Vega Grande -acompañado de su hijo- el interés y las dificultades para conmemorar el cincuentenario de Maspalomas Costa Canaria. En aquel momento, Alejandro del Castillo nos planteó su sentir por la próxima demolición del Maspalomas Oasis, ya que en su momento su familia planteó a Manuel de la Peña que les gustaría que en ese lugar se levantara el mejor hotel del Atlántico, de ahí que se contara con dos de los más reputados arquitectos del momento en España, José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Mozelún. De hecho, el edificio forma parte de un catálogo de las 160 mejores obras de arquitectura en España, si bien no sé si este reconocimiento tendría más que ver el entorno donde se ubica (los arquitectos justificarían así una aberración ambiental como la que se produjo). Ante el ruego del conde, el alcalde le respondió que el procedimiento ya estaba finalizado. Eso supone que los plazos para pronunciarse o plantear posibles mejoras o alternativas habían pasado. Evidentemente, el alcalde puede parar el procedimiento, pero en estos momentos en que conseguir dinero e invertir es un milagro, provocaría una incertidumbre absoluta para el resto de iniciativas de reforma y modernización que pretenden cambiar el rumbo de Maspalomas Costa Canaria hacia la obsolescencia (si es que se puede cambiar...).

Otro debate interesante sería el de comparar este caso con otros modelos, como Las Vegas, donde es todo un show (con espectáculo y fiesta) el derribo de un edificio caduco o simplemente amortizado, para levantar uno nuevo. Si se hubiera actuado así en Maspalomas (y no tirar por tirar, como el caso de La Rotonda...) muchas zonas obsoletas tendrían otro aspecto y, probablemente, no se habría ocupado otras zonas del litoral en esa huida hacia delante que debería haberse evitado.

No quiero extenderme más, pero quiero destacar que admiro y aprecio personalmente a varias de las personas que han manifestado su opinión al respecto aunque disienta con ellos sobre la oportunidad y el deseo de mantener el edificio, si bien hay una importante laguna en mi opinión y es que todavía no conozco el proyecto del nuevo edificio que, para un enclave como el de Maspalomas, debería ser un icono como lo fue en su momento (para muchos, pero no para mí) el edificio que ahora debe demolerse. Esa es mi preocupación. Una preocupación enorme.

(Me he decidido a participar en esta polémica porque además de tener mi propia opinión, actualmente soy el Comisario del 50 aniversario de Maspalomas Costa Canaria)

domingo, 18 de noviembre de 2012

Timba, hospicio y posada

Grabado de una posada medieval.
En 1912, hace exactamente cien años, Miguel de Unamuno recibió  una carta de su amigo canarión Domingo Doreste ‘Fray Lesco’ en la que adelanta al rector salmantino la noticia de que “parece que se trata de fundar en La Laguna una escuela de Derecho. Tendremos peste de abogados, pero quizá no venga mal a la postre un proletariado de levita”. Y es que en este país nunca está de más tener titulados de cualquier materia que nunca podrá absorber nuestro mercado laboral. Tampoco viene mal levantar auditorios en cada ciudad, universidades, estadios olímpicos y aeropuertos que no se usan, palacios municipales, diputacionales, estatales y autonómicos, ferrocarriles AVE con estaciones fantasma… Todo eso, claro está, con dinero público.

Pero bueno, lo que me interesa es la respuesta premonitoria o certera que remite Unamuno a su amigo grancanario y en la que acierta sobre nuestro ‘modelo turístico’: “contra todas las vergüenzas de este pueblo, parte timba, parte hospicio y parte posada…” Y camino de ello vamos, o hemos continuado desde hace un siglo. A nadie se le escapa que durante décadas hemos malvendido el territorio para convertirnos en espacio estacional de disfrute de ciudadanos del norte de Europa cuyos problemas de asma, de piel o de depresión se curaban gracias al sol, el yodo, el paisaje y, en definitiva, poder salir a la calle a disfrutar de la playa o de un luminoso momento. Ellos tenían industria y dinero, pero nosotros un país atrasado y en la miseria gracias a nuestra eterna pugna cainita e irreconciliable.

Y ahora estamos en el momento en el que vamos a demostrar hasta qué punto España quiere continuar por la senda del atraso sin tomar las riendas de su destino. Y ese es el camino que nuestros gobernantes, esos que llegan a la política por no se sabe qué méritos para gobernar –con nuestro democrático consentimiento, claro- y se saltan las normas que nos obligan a todos en aras de una supuesta inversión que encandila por las supuestas cifras y por el supuesto éxito de una marca tan reputada como Las Vegas, aunque en este caso se trate de Europa. Ojo que todo no es tan malo: el proyecto incluye el doble de teatros o auditorios que de casinos, pero no voy a entrar en el debate sobre este proyecto porque es bastante complejo para un solo folio.

Y me explico. Nuestro modelo de turismo no ha superado ese triángulo unamuniano: esa timba de tahúres, con todo tipo de juegos –a los que ahora se quiere añadir eurovegas-. Hospicios porque nuestro turismo –en la península, que no en Canarias- tiene sus orígenes precisamente en albergar peregrinos y pobres, manteniendo una constante mística y religiosa en torno a todo lo que se movía en el sector turístico durante décadas, hasta que Fraga intentó cambiar el rumbo confesional del Ministerio de Turismo que dirigiera su antecesor, Gabriel Arias Salgado. Y por último, la posada, esos fogones en los que se preparan los mejores platos y la gastronomía más notable y variada del mundo.

¿Quiero decir que todo esto es malo? Pues si y no… Si fuéramos más consecuentes, haríamos de estos recursos fortalezas: los mejores alojamientos, las rutas más variadas, los juegos más sorprendentes (que no tienen que ser sólo apuestas) y la gastronomía más deliciosa. Todo ello sin perseguir la creatividad para nuevos productos, como los que crearan Néstor Martín Fernández de la Torre o César Manrique... Lástima que sólo nos apliquemos en la parte negativa de la sentencia unamuniana y no procuremos consolidar y aumentar el valor de nuestros recursos turísticos,

domingo, 11 de noviembre de 2012

Play it again, Paulino

Folclore para turistas. Ya ni eso...
Recupera el presidente canario, Paulino Rivero, el discurso recurrente (sobre todo en épocas electorales) de priorizar la contratación de trabajadores residentes frente a foráneos. El asunto tiene su lógica aplastante: si en unas islas hay poco empleo ¿por qué permitir que contraten a gente foránea y los ‘del país’ tengan que emigrar? Pues sí, tiene razón el señor y más si se dice nacionalista. Bueno, eso si fuera cierto que tomaría medidas, pero hasta ahora todo ha sido mentiras… Esta frase del empleo para los canarios es como la célebre escena de Ingrid Berman en la película 'Casablanca' pidiendo al pianista que vuelva a tocar ‘El tiempo pasará’ («Play it, Sam. Play 'As Time Goes By'») y así será. El tiempo pasará y los canarios seguiremos emigrando.

Y les cuento este asunto porque tiene muchísimo que ver con el turismo, sector ejemplar en la descanarización de su mano de obra. Por ejemplo, hay una empresa que controla los espectáculos en la mayoría de los complejos y grupos hoteleros turísticos de las Islas. Hasta hace un par de semanas contaba aún con algún músico canario, pero claro, su ambición es tanta que busca rentabilidades de más del 50% y le sale más rentable traerse músicos de países de la antigua (y tanto…) Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas o de Suráfrica. Los mete en apartamentos y los tiene trabajando todos los días por los numerosos establecimientos turísticos aprovechándose de su posición de monopolio que amparan las instituciones españolas y canarias junto a un empresariado que le da igual que su capital no contribuya al empleo y a la reinversión en su tierra.

En su mejor época, llegó a trabajar en el sur de Gran Canaria (sólo en esta isla, insisto) más de setecientos músicos. Hoy día ya son una especie en extinción, si no extinguida. Incluso se puede ver y escuchar a caucasianos interpretando isas y folías porque –a pesar de todo- es lo que demanda el turista: algo de exotismo local. ¡Y tan exótico que es lo que les ofrecen a cambio! Imagínenlos con sus atuendos, chalecos y boinas tirolesas…!

También es cierto que la programación de los espacios culturales y festivales que se han pagado con los impuestos de todos tiene muy poco de canario (si tiene algo…) Así nos va con el turismo, con la cultura canaria y así nos va con los cientos de músicos, grupos folclóricos, estudiantes que salen del Conservatorio sin futuro, como en casi todas las carreras y ofertas formativas de esta tierra.

Si en realidad el presidente de Canarias quiere ser consecuente con sus proclamas, debería (¿por qué no lo ha hecho ya en estos seis años…?) ver dónde se pueden lanzar actividades para canarios en los distintos sectores, comprometer y convencer a esos empresarios y gestores. Debería exigir la domicialización fiscal de las empresas que contrata el Gobierno de Canarias, que ya está bien de ser subcontratados por empresas de fuera que se llevan los concursos públicos. Y, además, no decirlo, no anunciarlo, no darse el pisto… Lo que todos los canarios y residentes esperan es que no nos invadan y expulsen de los trabajos que podemos realizar con mucho más que dignidad y profesionalidad ¿o la labor de los políticos canarios no es la defensa de los intereses de los ciudadanos de las Islas? Y eso habrá que demostrarlo porque, hasta ahora parece todo lo contrario y El tiempo pasará…

viernes, 9 de noviembre de 2012

El grito que libera la tierra

Ejemplar de la primera edición.
Acudí el pasado jueves a la presentación de la segunda edición del libro 'Antología Cercada' (la Cercada, por méritos propios). Una reedición que sorprende, nuevamente, por su contenido, compromiso y valor. Una obra que marcó el inicio de una nueva poética en España, comprometida con la sociedad, con la libertad y con la calidad literaria. Pero sorprende aún más el hecho de que la primera edición tuviera lugar hace 65 años. En plena dictadura y censura absolutas, la cual evitaron al no sobrepasar el número de páginas y de tirada de ejemplares que la burocracia había establecido para que las publicaciones tuvieran que ser remitidas a Madrid para pasar el filtro de los censores. Aún así, tras la distribución hubo denuncia e interrogatorios a varios de los autores, en un proceso que no llegó a juicio pero que a día de hoy sigue sin sobreseerse.

Ventura Doreste (Premio Canarias) fue el artífice de la Cercada, acompañado en la poética por Agustín y José María Millares Sall (Premios Canarias), Pedro Lezcano (Premio Canarias) y Ángel Johan. Cada autor tenía un retrato cuyos autores fueron Manolo y Juan Luis Millares Sall, Magdalena Cantero, Vinicio Marcos y Elvireta Escobio.

Vuelvo a reiterar aquí que esta obra debió reeditarla el Gobierno de Canarias, hace mucho tiempo. Pero está claro que los consejeros, viceconsejeros, directores generales y asesores de ediciones están muy liados pensando en cómo montar el Día de las Letras Canarias con criterios cambiantes y antojadizos (desastrosos, por decirlo de forma educada) para justificar sus salarios que pagamos todos los contribuyentes. La razón de que tendría que ser una obra emblemática de Canarias es la calidad reconocida fuera de las Islas, empezando por Vicente Aleixandre, por ejemplo; o porque no hay libro en nuestra historia que reúna tanto genio literario y artístico.

No voy a entrar en las intervenciones: lecturas de poemas por parte de los hijos y nietos de los autores, el editor, Alejandro Duque Amusco, el coordinador de la obra y autor del estudio crítico, Nicolás Guerra, o del propio consejero insular de Cultura, Luis Larry Álvarez. Todas las intervenciones estuvieron a un nivel extraordinario, tanto en la forma como en el fondo, convirtiéndose en un reconocimiento a unos artistas que, además, defendieron la libertad y su compromiso social con todas sus fuerzas y medios.

Lo que sí quiero comentar es que -aunque sólo pude ver al público de la sala principal, ya que el aforo obligó a que parte de los asistentes pudieran ver el acto en una sala en la planta baja con una pantalla-, me sorprendió la representación política en el acto: el consejero de Cultura, el alcalde capitalino, Juan José Cardona, y el expresidente insular, José Macías, todos ellos del Partido Popular. De hecho, los sorprendente fue la ausencia de representación del Gobierno de Canarias (deben estar muy ocupados intentando gestionar las miserias presupuestarias para Cultura) o de políticos de otros partidos, aunque no quedaría muy bien que Saavedra, Olarte o Román se presentaran en el acto para reconocer su ignominia con estos autores y este libro. Tan sólo reconocer la presencia de la ex consejera insular de Cultura por el PSOE, Luz Caballero.

Pero bueno, lo importante es que esta obra está disponible con un texto esclarecedor. Aunque también lo pueden descargar del portal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria: Memoria digital de Canarias.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Repensar el solar de la Catedral

Excavación arqueológica en el solar (Cabildo GC)
Pocas ciudades en el mundo tienen junto a su principal monumento –en este caso un templo católico- un espacio sin construir, o mejor dicho, un edificio que quedó en los sillares de lo que sería un claustro. Con el tiempo, y a pesar de la perseverancia de algunos, en particular el arquitecto Salvador Fábregas, la parcela sigue mostrando la desnudez de sus proyectos apenas iniciados. Una herida urbana y arquitectónica en la zona más visitada de la ciudad y pendiente de un esclarecedor impulso con un proyecto que tenga que ver con su ubicación, sus propietarios y sus posibilidades. En defintiva, una gran oportunidad.

Decía Domingo Doreste (Fray Lesco) el 29 de noviembre de 1917 (hace sólo 95 años) que “La Catedral es el único monumento que poseemos y representa además el esfuerzo secular de las generaciones que nos antecedieron, y que nos lo han legado para que le demos cima. Lo menos que se puede pedir de nosotros es que pasemos nuestra vida histórica conservándolo con el mayor respeto y dejándolo tal cual está para que otras generaciones, si tienen aliento, lo perfeccionen y terminen.

La Catedral de Las Palmas, como todas las del mundo, es un monumento de larga evolución, pero de evolución artística, entiéndase bien, que repugna transformaciones y reformas de otro orden que no sea el artístico. Quiero decir con esto que la Catedral no se ha ejecutado con arreglo a un plano primitivo, que quizá nunca existió, sino que se ha ido continuando merced a proyectos parciales que forman otras tantas épocas de su historia”.

Respecto a la solución propuesta por el ilustre grancanario para cubrir el solar –que se barajó en varias ocasiones hasta nuestros días- señala que  “Sería discutible si el solar destinado de antiguo a parroquia pudiera convertirse en un claustro, por ejemplo, o en un provisorio jardín, si se quiere. Esto no altera la esencia del proyecto; pero lo que es irreverente hasta el escándalo es que quiera convertirse en una casa particular”, motivo por el que Doreste realiza algunas intervenciones en la prensa local contra el intento de convertir este enclave en una vivienda adosada, ‘la casa de los canónigos’.

También se hizo eco en sus artículos de las ideas que Néstor Martín Fernández de la Torre había realizado con este motivo, al opinar que “aquel solar debe convertirse en un claustro, adyacencia obligada, como todos sabemos, de toda catedral española. Fue el proyecto del inolvidable Padre Cueto y tal vez lo hubiera realizado si su vida hubiese sido más larga. Las dependencias de este claustro servirían de albergue a un museo diocesano y ésta es la originalidad de la idea de Néstor. Esto supone, como es consiguiente, la conservación de lo construido y su terminación, bien con arreglo al plano primitivo, bien reformándolo discretamente”.

Para Doreste, su generación pudo finalizar los muros e instalar el museo, invitando a que “Las sucesivas puedan acometer la obra de un claustro monumental. Así se hacen las catedrales. Mientras tanto el solar vacío puede convertirse provisionalmente en un lindo jardín interior”.

Incluso se adelanta a lo que hoy, precisamente, es el Museo Diocesano, en el edificio del patio de los naranjos. Fray Lesco señala que “El patio de los naranjos de nuestra Catedral es, en suma, un simpático acoplamiento de dos cosas dispares: de un patio monumental y de un patio canario. Mitad por mitad, en él se funden las puertas más características de la Catedral y los anchos y luminosos corredores de tea de las casas de antaño…”

Pues sí, la historia ha dado vueltas y aquella propuesta de museo diocesano ya tiene su ubicación en este patio de los naranjos, así como la torre sur (sin campana ni reloj) cuenta ahora con ascensor para facilitar las miradas turísticas sobre la ciudad antigua. Pero queda pendiente el solar. Un espacio en el que habría que hacer un esfuerzo común, consensuado, pero no para elevar más muros sobre el territorio, sino para dar un paso adelante en esa evolución artística planteada por Fray Lesco y Néstor. Un espacio para una sociedad nueva, con ideas avanzadas que anticipaba el propio intelectual y periodista al adelantarse al ecumenismo del Concilio II. De ahí que sugiera la posibilidad de varias iniciativas que serían mucho más económicas y rentables que alzar muros cuasimedievales.
  • De un lado, se necesitan espacios transparentes, de tránsito de visitantes, incluido el suelo para poder ver los elementos del trazado inicial del Real de las Tres Palmas, la antigua ciudad donde se levantó esta Catedral.
  • El espacio intermedio serviría de museo ecuménico, un espacio para el encuentro entre las diferentes confesiones cristianas. Incluso podría llegar más lejos y ser un centro de interpretación de las religiones y creencias del mundo. No olvidemos que en el sur de Gran Canaria existe uno de los templos pioneros del ecumenismo en Europa. y ha tenido y tiene un impacto indudable, gracias a la iniciativa de la familia condal y al proyecto de Manuel de la Peña.
  • Y, por último, estamos hablando de un edificio o espacio ecológico, un ejemplo de sostenibilidad.
Por el espacio con que cuenta este solar, creo, hay espacio para biblioteca, salón de actos y cafetería. Pero, claro está, habría que mirarlo con otros ojos, tanto desde la mirada de sus propietarios (la iglesia) como las visiones de la ciudadanía. Un reto, a la vista de que vivimos en el siglo XXI y este espacio lleva siglos a la espera de resolver su culminación.