sábado, 5 de enero de 2013

Hoteles y locales turísticos: ¿industria o monumentos?


Inicio obras Hotel Maspalomas Oasis.
Es sorprendente el inusitado interés que ha despertado Maspalomas Costa Canaria en apenas un año desde que empezó a desarrollarse la conmemoración del 50 aniversario del inicio de la urbanización. Sorprendente y a la vez muy buena noticia que el silencio absoluto –y a veces cómplice- se haya roto y todos quieran lo mejor para el principal destino turístico de Canarias (a pesar de su obsolescencia ya alarmante por esta tardía reacción).

Fruto de ese interés (que en parte habrá que achacárselo al Ayuntamiento de San Bartolomé que, sin recursos, ha desarrollado una impresionante puesta en escena del 50 aniversario) se va a analizar si el edificio del Hotel Maspalomas Oasis merece ser protegido como Bien de Interés Cultural (BIC), dados los valores arquitectónicos y sentimentales que han manifestado diferentes personalidades.

Yo ya he manifestado mi apuesta (y mis dudas) por el derribo del edificio y la necesidad de que se ponga fin a su agonía que comenzó justo al par de años de su construcción, desde que se duplicara el número de camas a finales de los sesenta o cuando pasó a manos de un testaferro de Mario Conde y destruyeron casi todos los interiores para conseguir más camas. Y así hasta que sus actuales propietarios han sido conscientes de que las 5 estrellas estaban más que en peligro de perderse.

Pero bueno, ante la noticia del procedimiento para la posible declaración del BIC, me hago las siguientes preguntas:

  • ¿Es más importante proteger el edificio ‘sine die’ o intentar recuperar el palmeral en un futuro? Porque está claro que si se protege, no habrá posibilidad de recuperar el palmeral, si acaso este es el valor de la zona que, a la vista está, parece que no es el interés de quienes promueven el BIC a pesar de existir numerosas parcelas en el entorno que no están precisamente sobre el palmeral.
     
  • ¿Pone fin esta iniciativa a los más de 45 años de obras impresentables, mantenimiento cicatero y silencio frente a las tropelías de lo que ha sido una parte importante de la construcción en Playa del Inglés y Maspalomas?
     
  • ¿Antes de un catálogo de edificios a proteger no habría que hacer uno de edificios a dinamitar urgentemente por el bien de nuestra industria turística? (y repito lo de dinamitar porque ya lo pidió César Manrique en los años 80 y no le hicieron caso).
    ¿La industria turística necesita que se protejan los edificios amortizados o facilitar y potenciar la renovación constante para que no pierdan competitividad?
Revista BASA 28
  • Si este edificio merece ser protegido ¿por qué no se protegen los que fueron realizados por Luis López Díaz -mimetizador-, Manuel de la Cueva -innovador- o Piñeiro -tematizador-? Basta leer la revista BASA de los arquitectos canarios para darse cuenta de que reúnen valores arquitectónicos que los distinguen para su conservación, aunque eso a los propietarios (industriales que necesitan mantener puestos de trabajo e inversión) no creo que les anime. Y no serían los únicos establecimientos, ya que puestos a valorar habría muchas propuestas sobre la mesa: espantosos centros comerciales incluidos.
O sea que, junto a la alegría de ver cómo se ha levantado el interés y el ánimo por Maspalomas Costa Canaria, deberíamos centrarnos en aclarar cuál es su realidad y su futuro. Plantearnos si la conservación de un edificio sobre el que ya existe un procedimiento administrativo en marcha para su demolición y posterior construcción de uno nuevo (que debería ser excepcional por el enclave en el que se va a levantar). A todo esto, no olvidemos que han desaparecido (o a punto han estado de caer víctimas de la piqueta) construcciones como La Rotonda, El Abanico, la iglesia de San Fernando y, casi casi, el Folías. Y no olvidemos el conjunto natural de la charca, el palmeral y las dunas ¿nadie dice nada para conservar, recuperar y mejorar el verdadero atractivo turístico de Maspalomas Costa Canaria?