lunes, 14 de julio de 2014

Turismo y los (numerosos) deberes pendientes

Turismo accesible, turismo para todos.
Todos los días escuchamos la música machacona y repetitiva de que el turismo es el sector que nos está salvando, que vienen más turistas y que dejan aquí muchos euros que nos permiten mantenernos a flote en estas aguas turbulentas de la crisis. Pero, ni deja todo el dinero que desearíamos ni reduce el desempleo que sufrimos. ¿Por qué? Quizás el curso sobre accesibilidad y turismo que ofrece la Universidad de Verano de Maspalomas este año tenga algunas respuestas a estas preguntas. No tanto porque se trate de ofrecer una fórmula milagrosa que no existe sino porque quedará en evidencia que no hemos hecho los deberes.

Está claro que no estamos en lo que debemos estar. Si no fuéramos tan complacientes con el ilusorio incremento de turistas en la isla que vendemos como si fueran la panacea, no estaríamos a la cola de destinos accesibles cuando, lo dicen las estadísticas, el 10% de la población europea tiene algún tipo de discapacidad y, encima, en Gran Canaria recibimos más turistas con edades superiores a los 63 años que menores de quince años. Personas de edades que precisan instalaciones, servicios y equipamientos con unas condiciones aptas para todo tipo de ciudadanos, de cualquier edad o condición física.

Y no es que se trate de una preocupación de ayer, sino más bien de décadas de creciente implicación social en la defensa de un mundo sin barreras, sin discriminaciones... Una lucha que continúa y no se puede abandonar ni descuidar a causa de modas o situaciones coyunturales que ponen el foco de atención en otros problemas que no pueden equipararse a las discapacidades que en cada ser humano que las padece son permanentes.

La idea del curso surgió de una interesante conversación con Juan Carlos Hernández Sosa, quien me preguntó un día por la recuperación del artista Pepe Dámaso de su infarto y comentamos que quedaríamos para hablar sobre el arte y la discapacidad. De esas palabras  pasamos a plantear la posibilidad de organizar un curso sobre turismo y accesibilidad en el marco de la UVM. Un curso en el que contaremos con el responsable del programa Gran Canaria Accesible, el consejero de Servicios Sociales del Cabildo grancanario, José Miguel Álamo, el concejal de playas de San Bartolomé de Tirajana, José Carlos Álamo, la concejala de Movilidad de Las Palmas de Gran Canaria, Gloria Marrero, el alcalde de Arona (destino turístico accesible), Francisco José Niño, el propio Juan Carlos Hernández, quien abordará la movilidad en el transporte; Gerardo Santana, de la empresa Mundo Adaptado, o los profesionales del sector turístico Isabelle Janssens de Varebeke y José Ángel Vázquez Romero, promotores en Lanzarote de pruebas deportivas para discapacitados, así como los deportistas y campeones mundiales Enhamed Enhamed y Rafael Botello. En definitiva, un plantel de expertos y profesionales que retarán al sector turístico grancanario a dar un salto en su oferta para alcanzar la excelencia y la calidad en el servicio.

Con once años de retraso, intentamos llevar al sector turístico los objetivos y recomendaciones del Dictamen elaborado por el Comité Económico y Social Europeo sobre el tema «Por un turismo accesible a todas las personas y socialmente sostenible». Un trabajo que parte del principio de que el turismo está “en el corazón de la razón misma de ser de la Unión Europea, de sus políticas de su voluntad de hacer una Europa mejor para hoy y para el futuro”. Tal como recoge el documento aprobado en 2003, la supresión o atenuación de las barreras que limitan la práctica del turismo por parte de las personas con discapacidad viene exigida no sólo por los principios de igualdad de derechos y oportunidades y no discriminación que rigen en el ámbito de la Unión Europea y en sus Estados miembros, sino que representa también una medida eficaz para incorporar a nuevos grupos de ciudadanos a las actividades relacionadas o derivadas del turismo, contribuyendo así al crecimiento de un sector económico que, sobre todo en los países del Sur de Europa, tiene una directa incidencia en la generación de riqueza y empleo para toda la sociedad.

El documento plantea diez principios que permiten abrir bienes, productos y servicios turísticos a un grupo de población —el de las personas con discapacidad y también, en buena medida, mayores— que hasta el momento tenía limitada su participación plena en este sector. Con estas líneas de acción, se podrá avanzar en la no discriminación y en el acceso al turismo por parte de todas las personas; aportaremos valor añadido a la oferta turística; se dará satisfacción a las demandas de unos ciudadanos que no siempre se han visto atendidos en su dimensión de consumidores de bienes turísticos y se  ampliará el mercado a más potenciales clientes, generando, por tanto, riqueza y progreso.

De interés: Manual 'Turismo accesible para todos' (Organización Mundial de Turismo, 2014)

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