domingo, 31 de mayo de 2015

Antonio Morales entra en escena en la política canaria

Antonio Morales en un acto electoral.


Antonio Morales Méndez es el político que cada campaña electoral era esperado para que liderara otras propuestas en la isla. Una espera que aumentaba junto a los apoyos y deseos de numerosos ciudadanos para que llevara más allá de su Alcaldía de Agüimes una forma de liderazgo político que era refrendada mayoría absoluta tras mayoría absoluta, con una evidente proyección exterior que superaba incluso el territorio insular. El reconocimiento no se limitaba a su eficaz gestión de las arcas municipales, sino que sorprendía en todo el Estado por sus iniciativas culturales, sociales, educativas, de apoyo a la gestión energética y a la sostenibilidad, medidas medioambientales y de atracción turística, entre otras muchas.

En las recientes elecciones locales y autonómicas, Morales encabezó una candidatura al Cabildo Insular de Gran Canaria que logró ser la lista más votada (todo un hito para el nacionalismo en la isla), dejando en su pueblo la marca local Roque Aguayro para presentarse por la marca surgida de la mayor escisión sufrida por Coalición Canaria: Nueva Canarias. Marca que estuvo estancada en la isla y tampoco cuenta con el apoyo necesario en la más importante circunscripción de la isla: Las Palmas de Gran Canaria. La negativa a que Morales encabezara la candidatura insular en 2011 y los pactos contra natura (PNL, PIL, CCN, IF...) mostraban una obsesión por lograr representación a toda costa que no conciliaba con la imagen y planteamientos del político agüimense y pasarían factura electoral a sus impulsores.



La victoria cabildicia del pasado 24M pudo haberse truncado si José Manuel Soria no hubiera errado estrepitosamente al enfrentar a su principal activo en Gran Canaria, José Miguel Bravo con el PP, y si no hubiese impuesto una lista con escasas posibilidades de éxito entre los que la encabezaban, dejando en la zona más incierta a los tractores de votos populares en la isla. Igualmente hay que reconocer que la aparición de Podemos le restó votos a Morales (algunos que 'prestó' Nueva Canarias a la marca de los indignados en las elecciones europeas y no los recuperó).

Pero, sobre todo sigue pendiente superar el divorcio entre los votantes de la ciudad más poblada de Canarias y el nacionalismo, desde que fracasara (no analizo aquí las causas) el experimento que puso en marcha Unión del Pueblo Canario en la capital al conseguir mayoría en la primera Corporación elegida democráticamente, liderada por Manuel Bermejo hace 36 años.

Ahora, Morales podrá presidir el Cabildo recurriendo al pacto con el PSOE, complementado con Podemos o con Coalición Canaria. O con ambos, ya que con los socialistas se quedan a un consejero de la mayoría absoluta. Así que, el dilema está en si incorporan a Podemos o a CC, o a ambos, lo cual están ahora mismo debatiendo Morales con su grupo (y con la venia obligada de los socialistas). Saben que, por un lado, la isla necesita de una mayoría suficiente y estable, por lo que podrán encontrar apoyos suficientes en uno u otro lado en caso de que Podemos (o CC) no respalde al presidente en algunas decisiones, lo que añadiría problemas a la necesaria colaboración/convivencia entre NC y PSOE como socios fundamentales. Y es que por mucho que se pacte un programa de Gobierno, el día a día precisa de decisiones que siempre darán motivo para la discusión y la búsqueda de acuerdos, por lo que el presidente insular debe tener opciones para poder tomar decisiones que sean refrendadas por una mayoría.

Por otro lado, aparte de las matemáticas electorales que han dispuesto las fórmulas posibles de gobierno, Morales tiene una gran responsabilidad personal como lider nacionalista más allá de las fronteras entre Arinaga, Guguy, el desaparecido Dedo de Dios y Las Isletas, y es que a finales de año habrá un profundo cambio político en España en el que Canarias se juega su futuro: Reforma del Estatuto, aprobación del REF Económico, reforma electoral, recuperación de los convenios de inversión con el Estado... Y el nacionalismo canario lo sabe. Y también reconoce que si no lo lideran los harán otros nuevos actores que han entrado en escena como un temporal (que no se sabe si pasará de largo o se quedará, como sucediera con Unión del Pueblo Canario) desconocido en la breve historia democrática de España.

De ahí que muchos líderes y organizaciones de todas las islas estén a la expectativa de las decisiones y el liderazgo que pueda desarrollar Morales (que superó ampliamente en apoyo electoral a Román Rodríguez o Pedro Quevedo en sus respectivas circunscripciones) para la nueva etapa que busca/necesita el nacionalismo canario sin los Dimas e Ignacios con los que apuró demasiado el proceso Román Rodríguez en los anteriores comicios que estancaron el proceso de posicionamiento de su marca electoral y le ha supuesto un coste en votos.

De esas decisiones que tome Morales hacia los nacionalistas que se consolidan en el resto de las islas (que continúan sin presencia institucional de NC) podría dar sentido a la apuesta de otros líderes (principalmente el lider nacionalista majorero, Marcial Morales y el cambio de actores en Tenerife) para que sea el próximo candidato a presidir Canarias y acabar con la etapa territorialista/insularista del actual nacionalismo que ya toca a su fin, tanto por la evidente pérdida de apoyos como por el propio reconocimiento que hacen sus líderes de la situación de bloqueo o de callejón sin salida en el que se encuentran, sin saber cómo actuar para reinventar el nacionalismo y evitar su desaparición, con el impulso y liderazgo suficiente para promover un modelo que facilite el desarrollo de todas las potencialidades de las islas desde una estructura administrativa, política y representativa que satisfaga a los ciudadanos isleños, que son todos en igualdad de condiciones, tanto para la distribución de recursos y servicios como para poder decidir con su voto.

sábado, 16 de mayo de 2015

Capacidad, mérito y... que se rían de ti


Cámara de Televisión Canaria.
Fui testigo, hace tan sólo unos meses, del desprecio que tienen algunos cargos de confianza de empresas públicas cuando tienen que valorar la capacidad y mérito, aplicando la igualdad de oportunidades, para un puesto de trabajo mediante un proceso selectivo. Un procedimiento realizado con rigor por una empresa especializada, con la comprobación de datos académicos, referencias profesionales, el estudio psicológico y valoración/evaluación respecto a los demás candidatos. En esta ocasión, el demandante era una empresa pública que gestiona dinero de todos los contribuyentes, quienes promovieron una convocatoria pública (por lo menos lo hizo, cosa poco habitual o casi inexistente en estas islas) para un puesto de trabajo que requería unos conocimientos, experiencia y habilidades acreditables. Al final, contrataron a quien le dio la gana por 'ajustarse al perfil', obligando a la empresa consultora a que enviara todos aquellos que había desestimado en la primera selección. Y ustedes dirán ¿a quién le importa esto? Pues calculen la de empleos que se han designado con el dinero de ustedes y mío sin rigor ni en busca del mejor, sino sólo para aparentar.

En realidad, esto viene a colación porque ayer se dieron a conocer los despidos y contrataciones para el ente público de Radio Televisión Canaria. Una empresa de información pública pagada con el esfuerzo y dinero de todos los contribuyentes canarios. Esta llamativa intervención (despido de un número destacado de profesionales y nombramiento de otros que los sustituyen) ha sido decidida por el Consejo recientemente constituido (después del esperado cese del ex director, el controvertido Willy García García). Sin embargo, considero que este nuevo Consejo se estrena con los mismos vicios y nepotismo que los anteriores desde (creo) el comienzo de este ente público.  No se ha buscado, entiendo, de forma pública y transparente, a los profesionales de más capacidad y mérito para desarrollar su trabajo en el medio público (de todos) sino que han designado a dedo a aquellas personas (no menosprecio su valía) que les parecieron más próximas a sus criterios (ignoro cuáles son esos criterios, porque los discursos que han dado hasta ahora son tópicos poco esclarecedores).

Yo creo que ese supuesto criterio fracasa desde el momento en el que un medio público se convierte en un ente de contrataciones arbitrarias y sin transparencia (curiosamente, esta semana tomó posesión el nuevo cargo de Comisionado de Transparencia, a ver qué dice...), ya que ése es el espíritu de la Ley 13/2014, de 26 de diciembre, de Radio y Televisión Públicas de la Comunidad Autónoma de Canarias. Una Ley que arranca en su Exposición de Motivos afirmando que “Esta nueva ley trata de generar el marco normativo adecuado para que esta institución [el ente RTVC] potencie sus objetivos primigenios y que no son otros que satisfacer el ejercicio del derecho fundamental a la información de la sociedad canaria, además de las necesidades de información, cultura, educación y entretenimiento así como contribuir a la cohesión territorial de las islas, aspecto fundamental de este servicio público de información. El fortalecimiento de estos principios pasan por dotar al ente público RTVC de un régimen jurídico que refuerce su transparencia, objetividad e independencia...”
 

Los partidos con representación parlamentaria ya destrozaron esta declaración de intenciones que los ciudadanos creíamos seria, al repartirse por cuotas partidarias los cargos en el Consejo. Pudo ser peor, pero gracias a la obstinación de Román Rodríguez, que despertó de su pachorra a muchos diputados, y a la habilidad del profesional Paco Moreno, quien puso de manifiesto que hay gente con la que no van las chapuzas endémicas del Parlamento de Canarias... Gracias a ellos se eligió un Consejo de personas con titulación adecuada a pesar de ser designados por los partidos y no por otros medios más transparentes y profesionales. Aunque ¿por qué se arma una trifulca para exigir titulación a los miembros del Consejo del ente y no se interviene a la hora de definir el modelo de televisión y de contratación del personal que va a trabajar en la empresa pública? Pues porque todo es un paripé para dar apariencia de legitimidad y así seguir manteniendo un medio de comunicación al servicio de los partidos políticos y no de la sociedad que pregonan esa grandilocuente introducción que tiene la Ley.

Está claro que no se convocó un concurso público para el Consejo: a dedo, como se suele decir. Por lo que ahora está de más exigir que para la contratación de los cargos intermedios (director de informativos, director de la radio...) se convocara públicamente a los profesionales de las islas (incluidos los despedidos...) para que pudieran acceder a esos puestos de trabajo en igualdad de condiciones por su preparación, experiencia, capacidad y méritos.

Ante esta situación, con centenares de compañeros en el paro o con deseo de dar un giro a su vida profesional, el ente público de radio y televisión contrata a varias personas ‘tocadas’ por la varita (dedito) de la voluntad de unos señores y señoras que no han entendido el espíritu de la Ley, por lo que impiden que la ciudadanía pueda contar en SU medio público con el mejor equipo posible, el más preparado y el que más puede garantizar la independencia de los medios públicos de la manipulación, sea política o económica. ¿He dicho independencia de los poderes? Pues sí. Y si ese no era el objetivo real de la Ley pues mejor cerramos el Parlamento de Canarias y nos ahorramos el dinero de esta aberración contra la democracia, los derechos de los ciudadanos y la tan manida transparencia.

domingo, 10 de mayo de 2015

Eternos retornos. Literatura turística en Gran Canaria

Portada del libro 'Planeta turista'.
He recibido hace unos meses el libro 'Planeta turista. Poesía reunida', de David Guijosa, Acerina Cruz y Samir Delgado. Un colectivo de escritores que sigo y me siguen desde hace tiempo, con líneas paralelas que no han logrado cruzarse por el momento. La obra es una excelente muestra del curioso y necesario proyecto 'Leyendo el turismo' iniciado por este colectivo hace varios años y que refleja la visión poética sobre una actividad que está arraigada en nuestros genes, en el territorio y en las ilusiones de miles de millones de personas en el mundo y, en particular, de la población canaria como experimentada sociedad/destino turístico.

Tras leer esta obra poética colectiva, he tenido que recurrir por contagio al repaso de la larga trayectoria literaria que vincula a Canarias con el turismo y viceversa. Empezando por el primer gran poeta de la Humanidad, Homero, quien en su Iliada y en la Odisea sitúa a Canarias en ese paraíso de las Islas Afortunadas o Bienaventuradas (Makaronesia), con lo que vincula nuestro Archipiélago con lo que sería el turismo al crear la primera marca de salud y naturaleza en la historia.

De la lírica clásica, con otros muchos continuadores de esa vinculación de Canarias con el Jardín de las Delicias, de las Herpérides, los Campos Elíseos..., pasamos a ser objeto de la literatura de viajes, desde la expedición de Colón y demás cuadernos de bitácora de otros muchos descubridores que pasaron por Canarias (Cortés, Magallanes, Pizarro...) para luego ser el territorio de investigación de científicos e investigadores que recorrieron el mundo con Canarias como laboratorio de estudios de todo tipo. Acto seguido, serían los numerosos viajeros que describieron las 'aventuras' del turismo del siglo XVIII y XIX, que iban más allá del turismo del romanticismo y el 'Grand Tour' de búsqueda de las joyas clásicas europeas.

Otro gran hito literario entre Canarias y el turismo es el conocimiento que tuvo de las Islas Julio Verne, cuya literatura de ficción gira en torno a viajes inéditos y lugares sorprendentes, entre cuyos libros destaco 'La agencia Thompson & Cia', que narra el surgimiento del negocio de la turoperación con la historia de un viaje en crucero que tiene entre sus escalas las islas de Gran Canaria y Tenerife.

Ya a principios del siglo XX tenemos la literatura de Alonso Quesada en su recopilación de artículos; el libro 'Por tierras de Portugal y España' de Miguel de Unamuno, Agatha Christie, y llegaríamos a la Guerra Civil con la publicación de 'Gran Canaria' del británico J.A. Cronin. La huella literaria del turismo quedaría reflejada en esas “...inglesas feas que nos utilizan todos los años como sanatorio o como estación de invierno.” o el propio pintor Néstor Martín-Fernández de la Torre, al comentar su visión del turismo y las críticas que recibió: “No te perdonarán que lleves siete camellos y que dejes atrás toda la nieve del Teide y las reglamentarias buganvillas y todos esos ángulos de acuarela inglesa menopáusica que venden por los 'magasines' de Europa recordando a las Hespérides”.

Lo cierto es que los escritores canarios se vincularían también a la actividad turística a través de la redacción de guías para visitantes desde mediados del siglo XX hasta nuestros días, ahí podemos ver las firmas de escritores y poetas de la talla de Claudio de la Torre Millares, Carmen Laforet, Manuel González Sosa, JJ Armas Marcelo, Vázquez Figueroa, Carlos Guillermo Domínguez...

Y, ahora, esta visión poética del turismo de masas, del turismo del siglo XXI, de la especialización, la moratoria, la experiencia y la imagen. No voy a publicar aquí los poemas que hay que leer y disfrutar en el libro, con el contacto del papel, con la reflexión de cada palabra combinada y jugando con las metáforas en un mundo en el que:
     Le guardamos la llave
     le cambiamos las sábanas
     le ofrecemos un número fijo de estrellas.


  • Planeta turista. Poesía reunida. David Guijosa, Acerina Cruz y Samir Delgado. Ediciones Amargord. Madrid. 2014

lunes, 4 de mayo de 2015

El turismo grancanario ante las urnas

Néstor entra en campaña...
Conozco varias personas que apuestan por participar en la vida política para intentar llevar una impronta novedosa en las instituciones canarias y en particular al Cabildo Insular, con deseos de innovar y establecer las bases para un nuevo impulso al desarrollo insular. (¡Vaya con ellos y ellas! Intentando revivir las cenizas de las ilusiones políticas en un escéptico). Con estos candidatos he conversado sobre cómo aprovechar esta actividad que genera riqueza sin tanto daño y riesgo para los grancanarios: el turismo.

Entre otras cosas, coincidimos en que llevamos más de un siglo con el debate abierto sobre el presente y futuro del turismo en la isla. En ello hemos perdido tiempo y dinero sin que se logre esclarecer ese futuro para la comunidad isleña. Por ello pensé que éste es el momento de plantear las dudas y certezas de años de análisis de la extraordinaria historia del turismo en Gran Canaria para posicionarnos en el nuevo escenario turístico global.

Cualquier programa electoral que aborde el futuro turístico ha de partir de la premisa de que el turismo es, junto al puerto, la principal actividad económica de Gran Canaria. Pero también es su gran oportunidad. Por ello no podemos perder otro medio siglo -ni un año más- con el debate sobre el número de camas y estrellas de los establecimientos, y poner fin a este trato desigual -premeditado- a las islas. Al estar enrocados en ese problema, no hemos aprovechado ni actualizado el conocimiento y la experiencia de otras etapas en las que, con menos recursos (más bien inexistentes), se crearon las bases de un desarrollo turístico de éxito durante décadas (y no precisamente de sol y playa), a través de hitos que consagran la actividad turística en Gran Canaria: la de los británicos y sus hoteles y clubes, la del tipismo de Néstor Martín-Fernández y la del Concurso Internacional de Ideas para Maspalomas Costa Canaria promovido por la familia condal.

Desde hace décadas hemos vivido de aquellos impulsos que fueron frenados, desviados o limitados por causas externas, agravadas por nuestra insularidad: las guerras, la dictadura, la profunda pobreza o la falta de autogobierno.  Además de la falta de audacia para desarrollar productos innovadores que tengan tanto atractivo o más que el sol y playa, como anticipó Néstor Martín-Fernández de la Torre hace 80 años:
  • “Tengamos en cuenta que el viajero que nos visita no viene a nuestra isla para encontrar en Tejeda un tacón Luis XV o una cabellera oxigenada”.
  • “La belleza de nuestros paisajes sufre los efectos del modernismo estandarizado, con el clásico cajón de cemento armado, que desplaza a la típica casa campesina. Proyectos y reformas urbanas se han concebido en vía estrecha”.
  • “El turismo lo entiendo como una grande y compleja industria que ha de desarrollar el país entero. Si no recobramos y acentuamos nuestra personalidad, nada podemos ofrecer al turista que le halague y satisfaga”.
  • “El turista espera encontrar un motivo que le satisfaga, y la realidad debe responder a este deseo”.
  • “Evitemos que se haga nada que pueda convertirse en obstáculo para que las generaciones que nos sucedan lleven a cabo los proyectos que en un futuro más inmediato les aconsejen las realidades del momento. No concibamos las cosas en pequeño sino en grande, con la vista en el porvenir, aunque los espíritus materialistas pudieran asustarse y calificarnos de irrealistas”.
  • “Los antiguos asignaron a Canarias condiciones paradisíacas. ¿Será acaso imposible reconquistar esta fama? No lo creo. Es labor que corresponde a los hijos de esta tierra privilegiada, entre los que yo me ofrezco incondicionalmente y prometo cuanto valgo”.

Recupero estas palabras del visionario Néstor porque hoy estamos ante una nueva cita electoral trascendental (como todas) con la peculiaridad de que se prevé que los resultados obligarán a los distintos partidos a pactar y negociar las políticas que se van a desarrollar durante los próximos cuatro años (si llegan a acuerdos). Y, entre otras cosas, habrá que dejar de centrarse en el aumento de turistas porque es imposible un crecimiento infinito en este territorio limitado. Por ello, y porque lo importante es que mejore el nivel de gasto de los visitantes en destino, pensemos en cómo conseguirlo.

De ahí que nos preguntemos por qué la sociedad grancanaria no ha generado más oferta original. Nadie discute los éxitos de Néstor Martín-Fernández de la Torre, o sus seguidores (entre ellos Néstor Álamo o César Manrique); o las iniciativas de Matías Vega Guerra (miradores, Jardín Canario, Casa de Colón…); la familia condal con Maspalomas Costa Canaria; y otras acciones del Cabildo como la reforestación, el CAAM, la compra de Osorio o Tirma… Todo esto nos ha permitido crecer en recursos, en turistas y en alojamientos, pero debemos continuar creando/buscando una oferta que sorprenda a nuestros visitantes reincidentes para contrarrestar el auge del ‘todo incluido’ de sol y playa que en la última década ha pasado de un 10% de la oferta hotelera a un 30% según los empresarios del ocio.

Los partidos y nuevos consejeros en el Cabildo pueden aportar mucho al desarrollo de la isla (turístico, claro, porque no hay otro tan evidente) y eso será posible si la Corporación apuesta por apoyar el conocimiento y creatividad del grancanario para que pueda ofrecer sus alternativas e inventiva. Paralelamente, demostrar a la sociedad que el turismo es negativo sólo si permitimos que se desarrolle lo negativo.

Para ello, el Cabildo debe convertir la isla en un parque temático de creatividad, de empuje creador, en el que cada espacio sea una pieza combinable en múltiples productos turísticos. Algunas de las piezas más valiosas nos la ha dado la naturaleza, pero otras hemos de imaginarlas y desarrollarlas como nos enseñaron Néstor Martín-Fernández de la Torre (“Hagamos de toda la vida una obra de arte”) o su gran deudor, César Manrique (“Aplicar el arte a la vida”).

¿Qué aportará esta política? De entrada, la implicación de la sociedad en el sector turístico para idear nuevos proyectos. De ahí surgirá, colectivamente, un nuevo concepto y modelo del negocio turístico.

Por supuesto que habrá I+D+i (Investigación más Desarrollo más innovación) pero no limitada a aplicaciones de comunicación, gestión o eficiencia en tratamiento de recursos o energética. Hemos de ir más allá… Debemos buscar nuevas formas de satisfacer las expectativas de cualquier turista o viajero: a través de experiencias. La tematización a través de parques innovadores, centros comerciales (el Yumbo es un ejemplo de adaptación a un perfil de clientes y un mal ejemplo de mantenimiento y modernización) y de cada rincón isleño. Y si son nuevas y distintas a las de los destinos competidores mejor posicionados estaremos, como han logrado Las Vegas o a Orlando, a Abu Dabi o el Circo del Sol (vendido estos días por 1500 millones de dólares). Ésa tendría que ser la Estrategia de Especialización Inteligente (RIS3) que Canarias debería abanderar en la Unión Europea.

Para empezar, el Cabildo debe liderar el proceso junto a ayuntamientos, empresas, universidad y sociedad civil. Y no hace falta buscar consultoras foráneas que vengan a enseñarnos lo que es el turismo y, sobre todo, lo que es Gran Canaria, a sabiendas que esta población ha convivido y orientado durante siglos a todo tipo de viajeros, aventureros, expedicionarios y amantes de lugares paradisíacos.

Es preciso abordar un programa integral que cubra todas las necesidades de la nueva marca: Análisis y prospección; Formación y pedagogía; Comunicación; Promoción; Proyectos (rutas, parques temáticos, recursos…); Eventos; Equipamientos; Publicaciones...

A diferencia de otros intentos de cambiar la marca y la estrategia de comercialización, hemos de repensar nuestro modelo que desde hace años presenta signos de agotamiento (salvado temporalmente por las dificultades de los destinos árabes). Hemos de centrarnos en nuevos productos y dar apoyo a las ideas y proyectos para dar salida al talento que pueda generar negocio con la colaboración empresarial. Y por otro lado, procurar líneas de financiación que faciliten la puesta en marcha de las iniciativas. Todo ello ha de partir de una premisa: el objetivo de originalidad, personalidad, diferenciación frente a otros destinos. Si no se logra, no tenemos que preocuparnos porque siempre tendremos la posibilidad de copiar a otros con acuarios o parques acuáticos, que para ello se destina mucho suelo público y exenciones de impuestos. Eso sí, aquí se gastan millonadas en proyectos imaginarios de trenes y para el turismo nunca se ha realizado una apuesta presupuetaria consecuente con su importancia.

El momento es ahora. Si no impulsamos un turismo que valore nuestra isla, los isleños dejarán de valorar al turismo.