sábado, 9 de enero de 2016

De parque acuático a estanque judicial

Proyecto de Siam Park en El Veril.

Demasiado rápido para que fuera cierto en esta isla de Gran Canaria. Recuerdo los primeros contactos de la familia Kiessling para plantear el proyecto de un parque temático (entonces no se sabía si era un Siam Park II) en Maspalomas Costa Canaria. Fue en Fitur 2012 y allí estábamos Pepe Dámaso (muy amigo de los Kiessling) y un servidor acompañando al alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, y el concejal de Turismo, Ramón Suárez, para anunciar la celebración del 50 aniversario de la zona turística y para que nos informaran oficialmente de la designación de Maspalomas como sede del Día Mundial del Turismo por parte del Ministerio y de la Organización Mundial del Turismo.

En ese momento no existía otro proyecto en el ámbito turístico para Gran Canaria con visos de poder realizarse. La crisis y la moratoria unían sus pinzas contra la isla. Ni que decir tiene que Pepe Dámaso puso su entusiasmo para actuar de celestino entre los alemanes y los responsables del Cabildo grancanario y el Ayuntamiento. Su vitalidad y entusiasmo contagió a las partes.

Los obstáculos eran el suelo (los propietarios de parcelas mantienen precios que frenan posibles inversiones), las normativas urbanísticas (un Plan General sin aprobar y una moratoria paralizante), la falta de dinero (la banca no soltaba crédito) y la cercanía de un parque temático muy competitivo y gratuito: la playa de Maspalomas.

Pero tras las primeras conversaciones se localizó una pieza que podía superar todos los obstáculos iniciales: el cauce del barranco de El Veril. Un lugar que contaba con una excelente ubicación para revitalizar una zona con bastantes problemas por su obsolescencia y el proceso de residencialización de algunos edificios y complejos. Un lugar cuyo valor decaía frente a otras zonas como Maspalomas o Meloneras.

Pero la solución también tenía sus problemas y no menores. Por un lado, debería tramitarse una concesión administrativa del dominio público que, como saben, es inalienable, inembargable e imprescriptible. Dicho dominio público es el del cauce de un barranco que ya ha sufrido varias inundaciones en la zona de naves industriales que linda con la zona residencial y comercial de Bellavista. Unos terrenos que Lopesan desarrolló y que se toparon con una pieza que hacía de presa: el canódromo. Una parcela problemática desde hace décadas porque su propietario ha sido presionado para vender a bajo precio, chocando siempre con su tozudez y las sentencias en su favor que dejan el asunto sin resolver.

Donde iba la estación de tren y el parque acuático.


Pero, sobre todo, estaba el inconveniente del Plan Especial del tren que tenía en este mismo lugar su estación. Un proyecto ya elaborado y pagado por el propio Cabildo Insular, pero lo del tren es de esas cosas que se proyectan, se gasta muchísimo dinero en una ‘maquinaria’ administrativa y en proyectos a precios disparatados para después, a la primera idea que surja, cambiar de sitio los planos porque se promueve un parque acuático. Y así fue. Donde dije tren digo Siam.

Quienes me leen saben que opino que sin parques temáticos no rentabilizamos el turismo y todo lo que se diga de crear más empleo a costa del turismo es inútil si no hay una rentabilidad económica por medio. Los hoteles y apartamentos ya no dan más de sí, salvo que sigamos construyendo y abriendo hoteles hasta que no quede suelo para más. También saben que soy de los que cree que hay posibilidades de crear una oferta original y dejar de imitar a los demás (como sucede con este Siam Park que es hermano de ya existente en Tenerife). Y no es que no haya nada nuevo que hacer. Yo lo tengo claro, pero los empresarios que se la dan de emprendedores y arriesgados no han movido ficha en este sentido en décadas.

Ya cambiado el proyecto del tren, parecía que la alfombra roja iba a ser un paseo rodeado de vítores y velocidad de crucero para inaugurar "ayer" el parque temático, pero la familia Kiessling no está sola en el negocio de la oferta de ocio. El grupo Aspro Parks “uno de los mayores operadores en Europa de parques y centros de ocio: 60 parques y centros situados en España, Reino Unido, Francia, Finlandia, Portugal, Suiza, Bélgica, Holanda, Alemania, Austria y República Checa. Creada en Octubre de 1991”, con presencia en Canarias a través de dos parques acuáticos y dos parques de animales repartidos entre Gran Canaria y Tenerife, no iba a dejar que todo fuera facilidades para su competidor y presentaron denuncia por no sacar a concurso el suelo público que se pone a disposición de la familia Kiessling. Probablemente ellos estuvieran muy cómodos desde esa posición de dominio del mercado grancanario. Posiblemente no tuvieran intención de invertir más en esta isla al contar con unas instalaciones saneadas y renovadas (Palmitos Park) “gracias” al incendio de 2007 que arrasó sus instalaciones.

Boceto del hotel de 4 estrellas en El Veril.

Pero el procedimiento para elegir la propuesta de Kiessling no convenció a los que se presentaron a solicitar el mismo cauce público (dos particulares y una empresa) y de ahí surge la presentación del recurso que ha ganado inicialmente la entidad Lebensraum Wassers SL, al indicar que se trata de un suelo público que se entrega a una empresa privada y que al no estar afectando a proyectos públicos debería paralizarse la concesión para abordar si ha sido correcto el procedimiento. Esta entidad demandante ha sido acusada por los Kiessling de ser una empresa instrumental creada exclusivamente para frenar su proyecto (surgió en 2013 y se encuentra en proceso de disolución por pérdidas económicas). De hecho, los propietarios de Loro Parque y Siam Park cuentan con la propiedad de todos los terrenos colindantes al cauce público afectado, lo que les da preferencia, y su proyecto ha sido declarado de interés general. Aunque también he de recordar que hasta el último minuto no había aparecido por ningún lado el anuncio del hotel de cuatro estrellas que se iba a construir en la misma parcela, asociado y vinculado a que se realizara el parque acuático… Cosas que surgen así, ‘de improviso’.

Lo cierto es que el proyecto se empantana judicialmente, como tantos otros en Gran Canaria donde nos bastamos para incordiarnos y no ponernos de acuerdo con el futuro de esta isla. En este caso, se trata de más de 60 millones de euros de inversión y la creación de más de un millar de puestos de trabajo que quedan 'congelados'. Quizás esta sea una de las causas del divorcio que crece entre la sociedad y el sector turístico, un colectivo empresarial que mayoritariamente es una comunidad bien avenida, pero en el que hay unos enfrentamientos que lo hacen débil frente a cualquier iniciativa exterior y ante las administraciones.

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