jueves, 10 de marzo de 2011

"Duele mucho todo lo realizado de manera falsa y postiza" (César Manrique)

César Manrique

Reproduzco aquí, íntegramente, el texto de la conferencia pronunciada por César Manrique en la I Asamblea Provincial de Municipios Turísticos de Las Palmas, celebrada entre 1962 y 1963. Han pasado 50 años y su mensaje se mantiene vigoroso y más necesario que nunca:
Es elogio unánime de cuantos viajeros nos visitan, ponderar la pureza que se ha logrado conservar hasta ahora, de gran parte de nuestro paisaje y arquitectura, así como también de nuestras vernáculas costumbres; añorándose tiempos no muy lejanos en que podían verse determinadas labores agrícolas y trabajos de artesanía en tahonas, carpinterías, molinería o calafates y antas otras ramas de los modestos trabajos artesanos de nuestros pueblos;  o bien aquellas sorprendentes construcciones de nuestra ingenua y elegantísima arquitectura popular, en todas sus ramas y manifestaciones, ya fuesen los caserones nobiliarios de Vegueta (Escudo y portada) o sus hermanos menores de la señorial y adormilada Villa de Teguise, en mi Lanzarote, la de las talladas ventanas con las empedradas calles empinadas a las que perezosamente se asoman las innumerables chimeneas, gigantescas, extrañamente bizantinas, alimentadas por las humosas ‘aulagas y varas’, que negreaban sus altivos remates. Recuerdo vivo es también la majorera Betancuria, donde el tiempo aletargado nos lleva inevitablemente al siglo XVII, deleitándonos en el salto atrás, para sumirnos en el nostálgico ensueño de un tiempo que hemos perdido para siempre, y que era en donde el hombre de Canarias se había manifestado de una manera auténtica y original debido a su aislamiento y a la falta de posibles influencias extranjeras.
Recorriendo nuestras Islas, difícil es encontrar un rincón que no nos susurre a oído la belleza pretérita, que pugna por hacerse oír, entre tanta chabacanería y mal gusto que la encubre y desfigura por querer imponer en nuestra latitud algo que nada tiene que ver no nuestro clima, y con nuestras costumbres. Siempre hubo una buena razón para destruir sin construir, para demoler sin piedad y esparcir a los vientos, la piedra y el apero, la canción y el donaire, el árbol y la pared…
Ay mi ermita de Máguez la blanca oración, el perfecto pareado colonial de cruz y portada, caída en incruento sacrificio; vencida por la prosa práctica del “es necesario”.
El más humilde corral, la era más desolada recogerá cien veces mejor comentario que el despliegue máximo que podáis hacer de geométrico cubículos, de eso que hoy tan pomposamente se llaman complejos turísticos, y que las más de las veces (salvo raras y meritorias excepciones) no hacen sino ensuciar nuestros campos y nuestras playas.
Así, imbuido de este espíritu, empañado en un convencimiento en el que la verdad está en nuestras puras raíces, en la conservación y exaltación de todo lo canario, podéis suponeros que mis recomendaciones en esta ponencia se basará toda ella, en salvar lo que aún queda en pie, rodeándolo del respeto y de la categoría artística que el valor de los siglos le dieron y el amor que pusieron en ellos los que nos antecedieron, nos hagan dignos de entregárselo en un esforzado relevo a aquellos que nos sucederán.
Ya nada podemos hacer para salvar lo que se destruyó ciegamente, pero sí podemos hacer mucho por mejorar lo que ya se ha hecho. Salvaremos un paisaje si cambiamos el color del albeo de una ‘urbanización simplemente o piadosamente con una hábil cortina de verdes plantaciones se puede disimular la hiriente fealdad de cualquier otra ‘promoción turística’. Afortunadamente, los recursos que nos ofrece hoy la técnica combinándola acertadamente con el buen gusto y el espíritu de nuestra arquitectura popular pueden transformar totalmente, a un bajo costo, cualquier estridente adefesio, plantado en lo mejor de nuestro paisaje, por la ignorancia de unos y la pasividad de los otros.
Mi propia experiencia me ha hecho comprobar lo fácil que es cuando existe cooperación y espíritu comprensivo, salvar airosamente lo que irremisiblemente parecía perdido. Esta experiencia mía de que os hablo, se refiere principalmente a mi isla de Lanzarote, pero no veo dificultades en aplicarla en las demás islas.
En este empeño, me he propuesto publicar con la generosa cooperación del Exmo. Cabildo de Lanzarote y de la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria, un libro sobre la arquitectura popular de Lanzarote, en todos sus matices, en el que trataré de llevar a través de la imagen, la realidad de las bellísimas muestras arquitectónicas, blancas y humildes de nuestra Isla. Este libro servirá de guía para toda clase de construcciones que se realizarán en el futuro por el rico documental que cuidadosamente he seleccionado.
Desde hace algún tiempo, en esta labor, hasta ahora incomprendida de reconquistar y revalorizar todo lo nuestro, sea zorondongo o queso tierno, tea o lava, chimenea o silla de camello, tuve la fortuna (a costa de tenacidad y lucha diaria) de convencer a personas amantes de sus islas, pudiéndose llegar a realizaciones enmarcadas dentro del espíritu por el que abogamos, consistente en líneas generales en que los exteriores de las edificaciones sean de color blanco, no se permita el empleo de columnas de tubos en las fachadas, las cornisas o aleros, procurar eliminarlas, así como también no permitir cubiertas de tejas, pizarra u otros materiales análogos, prohibiendo además la colocación de rótulos o anuncios publicitarios en las márgenes de las carreteras y caminos de interés turístico (en este sentido el Cabildo de Lanzarote ha confeccionado unas ordenanzas de conservación del paisaje y la arquitectura popular) teniendo la absoluta certeza de que si estos proyectos se aprobaran, sería el único medio de llegar de una manera positiva a la salvación del paisaje creando una armonía y unidad de estilo tan pocas veces conseguidas.
Mi agradecimiento a todos por haberme escuchado, pues duele mucho todo lo que ha sido realizado de una manera falsa y postiza, cuando tanto, tan real y tan bello nos rodea a quienes tuvimos la fortuna de nacer o al menos vivir en estas islas.

6 comentarios:

  1. Muy interesante y actual tema Michel.

    Allá por los años 80, iba yo pidiendo que se conservara no solo nuestro patrimonio,sino nuestro estilo...Ponía de ejemplo Sevilla, cuyos edificios modernos están basados en la construcción inaquívoca andaluza.
    Siento que existe cada vez más una especie de "vergÜenza por ser canario.
    ¡¡Qué pena y cuánta incultura!!...¡¡Con lo orgullosos que siempre nos hemos sentido de ser CANARIOS Y CANARIAS.
    Llevo mi bandera en el corazón, orgullosa de mi tierra, y de mi forma de hablar, de mi pueblo... Y ahora resulta que te encuentras con
    un montón de gente que está, "APENINSULADA" ,según el diccionario de Piedra Pómez, muy real por cierto, que habla "de pa'llí" y encima mal.

    Pienso que también tenemos que velar por nuestra canariedad en eso.

    Me gusta tu lucha por conservar Lo Nuestro.

    Un abrazo Sigrid

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  2. Gracias Sigrid, pero el mérito es de César Manrique a quien nunca hemos de olvidar.

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  3. "Duele mucho todo lo realizado de manera falsa y postiza" (César Manrique).
    En el BIC Patio de Los Siete Lagares (Tafira Alta- TM Las Palmas de Gran Canaria) hay un techo de lagar postizo en estado lamentable.
    Gracias al Archivo fotográfico de la FEDAC, en su Foto nº 3077, podemos conocer los tres últimos techos anteriores a la recreación aludida, y la foto aérea de 1961, de GRAFCAN, acredita que el último que quedó en pié es el del sur del lado de naciente, el fotograma de 1966 prueba que ya no quedaban techumbres en todo el Patio; y así permanece el bien patrimonial sometido a todo tipo de expolios, hasta que empezaron los añadidos: El fotograma de febrero de 1994, sirve para apreciar la preparación de la obra del nuevo techo de lagar cuya RE-CREACIÓN he venido combatiendo sin éxito, incluso el mecanismo está establecido en el lado contrario al emplazamiento original cuya secuencia puede apreciarse en las fotos de la FEDAC. No eran los materiales, no era el diseño, no eran las proporciones, la viga llegó de otro municipio, del husillo se desconoce el origen y la piedra de contrapeso fue tomada de otro lagar...... El FALSO HISTÓRICO presenta carcomida su estructura y lo más grave es que se percibe como un elemento a salvar porque hay cientos de personas convencidas de que es un elemnto original del primitivo patio de labor. Un disparate de 1994 convertido en símbolo!!

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  4. Gracias por tu comentario, Pilarcho, la verdad es que muchas son las obras que tras una supuesta restauración ocultan una transformación realizada sin el mínimo criterio histórico.

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  5. Por supuesto!! Cesar Manrique demostró su inmenso amor por conservar y promulgar Lo Canario siempre.
    Es un ejemplo claro a seguir.

    A ver si aprendemos a querer esta tierra maravillosa que otros de fuera, SI, lo hacen.

    Saludos: Sigrid.

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  6. Hola Sigrid.
    Es cierto, la muerte prematura de César fue y es una desgracia para Canarias, como lo fue el fallecimiento de Néstor Martín Fernández de la Torre.
    Gracias por tu comentario

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